lunes, 18 de octubre de 2010

Historia de un diente

A todos nos gusta sentirnos especiales. Todos buscamos algo que nos haga sentir así. Algunos una virtud, una habilidad, un don o algo tan sencillos y doloroso como una cicatriz con una forma especial (tipo Harry Potter) o con una historia detrás. Yo tengo un diente. Sí, sí, un diente. Nací con él. Curioso ¿verdad?
Uno de cada 2000 bebes nace con un diente. El mío fue uno de los centrales de la mandíbula inferior.


No se aprecia mucho, pero en esta foto, mis padres intentaron captar mi diente. En otras posteriores lo vereis ya de más mayor.

Las supersticiones y el folklore concernientes a estos dientes han variado, desde creer que estos niños estaban favorecidos excepcionalmente por Dios a creer que eran unos magos, y en algunos países del este de Europa se tomaban como una premonición diabólica. Se dice que Luis XIV, Ricardo III, Napoleón, el Cardenal Mazarino, Mirabeau, Zoroastro, Aníbal y el Cardenal Richelieu nacieron con dientes.

http://historiarte.net/curiosidades/index.html
En la actualidad, parece que este “mito” se ha desechado y algunos estudios afirman que podría tratarse de una influencia de tipo hereditario. Ninguno de mis padres recuerda un antecedente similar en sus familias. Pero quién sabe, supongo que estos datos antes se perdían. En un futuro quizás mis descendientes puedan recurrir a este blog y obtener esta información.
En algunos casos parece ser que los extraen ya que pueden dificular la lactancia o caerse.  A mí no me lo quitaron. No creo que se lo llegaran a plantear porque no se movía. Aunque sí que mordí alguna vez a mi madre mientras me daba el pecho. De momento mi diente sigue ahí y ahora más acompañado.

No es la única curiosidad, pero no las desvelaré todas al principio.

1 comentario:

  1. seguro que el diente no es lo único que te va a hacer especial.

    ResponderEliminar